En una entrevista en el diario Pagina/12, Tata Cedrón dice que "Tuñón tenía esa cosa del buen porteño de una época, era un atorrante delicado. Un tipo que deslumbraba, porque había estado en tenidas fuleras en su juventud, recorriendo el mundo, trenzándose en lugares sórdidos. Lo fui a ver a Clarín, a la mañana, cuando no había nadie. Me citó ahí y estaba emocionado con Los ladrones, me dijo que el tango había perdido su frescura en las letras, que antes era alegre, juguetón. En el disco Cuarteto Cedrón canta a Raúl González Tuñón cuenta unas historias fantásticas."
(fuente Bienvenidos a la Monga, http://bienvenidosalamonga.blogspot.com/)
Si, porque en el disco, entre tema y tema, hay intercalados fragmentos de la entrevista que le realizó Cedrón. Y cuenta unas historias fantásticas.
Ya sé, me vas a decir que hasta ahora no hablé de la música. Bueno, el Cuarteto Cedrón hace una música arriesgada. Yo te diría que es tango, pero no sé. Lo que te digo es que está buena. Bah, que a mí me gusta. Los que gustan de La Chicana se van a encontrar aquí con la versión original de la Polca de la tarjeta de cartón (una de las versiones originales, porque Jorge Schussheim también la musicalizó).
A mí me parece que te lo tenés que bajar. Y aprenderte este poema de Tuñón para decirselo a alguna chica, porque Bienvenidos a la Monga, es un blog que está a favor de decirle poemas a las chicas:
Oye muchacha, que hablas con la nariz y eres pecosa
y tienes veinte años y una ambición muy grande
y un novio plomero parecido a Nils Asther
y una pantalla verde sobre la azul mirada:
Quisiera hacer contigo una película hablada.
Cantan sobre los árboles los pájaros pintados.
Mujeres con canastas vienen de los mercados.
Aquí construyen, veo los hombres y las luces,
arañas, esqueletos, mapas, vigas y cruces.
En blancos edificios brillantes ascensores,
de sótanos flamantes suben nuevos rumores.
Pienso en ideas veloces que van del corazón
hasta el cerebro igual a una exhalación.
Tiendas de cinco y diez. Cansados jugadores,
columnas de colores en las peluquerías.
Casas en cuyos largos y estrechos corredores
son de iguales colores las noches y los días.
Y un puerto. Un puerto es siempre paraje bien querido.
Allí están la aventura, el recuerdo, el olvido
y el ansia de partir que ¿quién no la ha sentido?
Un puerto, las tabernas y el mar todo llovido.
Pero te digo, digo, tu boina colorada
bien vale un dólar y cincuenta.
Quisiera hacer contigo una película hablada.
Y alguna cosa más, pero eso no se cuenta.
Bajalo haciendo clic acá.
http://bienvenidosalamonga.blogspot.com/
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