Estamos en el minuto 15´ del segundo tiempo
No, no… nada tiene que ver con River Plate ni con la Copa América. Fuimos niños, adolescentes, jóvenes entusiastas…. y ahora (al menos a mí) me toca ser un adulto cincuentón. Eso no significa necesariamente que estamos viejos o que la parca nos acecha. La realidad es que los minutos pasan y que el partido, tarde o temprano, acaba. Y sin ánimo de sonar fatalista o bajoneante, nada podremos hacer para evitarlo. Es cierto que no importa qué edad tengamos, nada nos asegura el futuro. Pero a los 17 es inevitable sentirse invulnerable, mientras que a los 50 comenzamos a tener certezas que la naturaleza será innegociable.
Las analogías con el fútbol podrían ser muchas: Estando en el 15´ del segundo tiempo, cómo va el partido? Vas ganando, o te están cagando a pelotazos? El referí ayuda? Te echaron 3? Estás lesionado?
El tiempo nos pasa. Qué hacer? Teniendo conciencia de finitud, sabiendo que -tarde o temprano- se nos acabará el tiempo y la vida, cómo debemos comportarnos día tras día? Hay que apurarse a hacer algo? Enojarnos con los impuntuales?
Hay gente que pasa todos los días de su vida en apacibles rutinas. Otros se angustian buscando un sentido filosófico a la existencia. Otros se desesperan porque cada día sea único e inolvidable. Algunos encuentras respuestas en la espiritualidad, religión, o cuestiones del más allá…
Lo único que es cierto es que estamos en el minuto 15´ del segundo tiempo. Yo tengo pocas cosas en claro, pero una de ellas es: No voy a estar en el banco, mirando el partido desde afuera. Me importa un pito el score: que me pasen la pelota… yo, este partido, lo juego de 9.
Vamos vía “per saltum” a la música!! Y hoy, volviendo a los clásicos y respondiendo a los “torçedores” del jazz!!
Este es un seleccionado del Jazz, reunido para ejecutar lo mejor de los clásicos de los 40´s y 50´s. El gran Louis en trompetas y voces, el genial Oscar Peterson al piano, Herb Ellis en guitarra, Louie Bellson en percusión, y el definitivo Ray Brown en contrabajo. Un disco editado originalmente en 1957, que hoy te traje ripeado a 320@ de su reedición de 1997, con bonus tracks y todo su Artwork. Un festival del mejor jazz para los oídos, ejecutado por los mejores de la historia.
Dale bola a Satchmo: Vivió con una sonrisa, y pese a tener todo en contra, jugó un partido de los mejores!
Posted by: The Sacred Monster
Posted by: The Sacred Monster
—————————————————Album: Louis Armstrong Meets Oscar Peterson
Album Artist: Louis Armstrong & Oscar Peterson
Year: 1957 - Version: 1997 - Bitrate: @320
Genre: Jazz
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Tracks:
01 - That Old Feeling
02 - Let’s Fall In Love
03 - I’ll Never Be The Same
04 - Blues In The Night
05 - How Long Has This Been Going On
06 - I Was Doing All Right
07 - What’s New
08 - Moon Song
09 - Just One Of Those Things
10 - There’s No You
11 - You Go To My Head
Bonus
12 - Sweet Lorraine
13 - I Get A Kick Out Of You
14 - Makin’ Whoopee
15 - Willow Weep For Me
A propósito de las similitudes entre la vida y el fútbol, un fragmento imprescindible de Alejandro Dolina de su cuento “Apuntes de fútbol en Flores”:
ResponderEliminarInstrucciones para elegir en un picado
Cuando un grupo de amigos no enrolados en ningún equipo se reúnen para jugar, tiene lugar una emocionante ceremonia destinada a establecer quiénes integrarán los dos bandos. Generalmente dos jugadores se enfrentan en un sorteo o pisada y luego cada uno de ellos elige alternadamente a sus futuros compañeros.
Se supone que los más diestros serán elegidos en los primeros turnos, quedando para el final los troncos. Pocos han reparado en el contenido dramático de estos lances. El hombre que está esperando ser elegido vive una situación que rara vez se da en la vida. Sabrá de un modo brutal y exacto en qué medida lo aceptan o lo rechazan. Sin eufemismos, conocerá su verdadera posición en el grupo. A lo largo de los años, muchos futbolistas adevertirán su decadencia, conforme su elección sea cada vez más demorada.
Manuel Mandeb, que casi siempre oficiaba de elector, observó que sus decisiones no siempre recaían sobre los más hábiles. En un principio se creyó poseedor de vaya a saber qué sutilezas de orden técnico, que le hacían preferir compañeros que reunían ciertas cualidades.
Pero un día comprendió que lo que en verdad deseaba, era jugar con sus amigos más queridos. Por eso elegía a los que estaban más cerca de su corazón, aunque no fueran tan capaces.
El criterio de Mandeb parece apenas sentimental, pero es también estratégico. Uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudarán, lo comprenderán, lo alentarán y lo perdonarán. Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible. Y si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con los extraños o los indeseables.